martes, 27 de noviembre de 2018

El espíritu de Jezabel (parte 2)


Levítico 26:1-13 documenta lo que se requiere de nosotros para tener “lluvia” o bendición y no desolación.

Para comprender que la idolatría está prohibida Dios dice a Su pueblo,
"No os haréis ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra imagen de piedra para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios."

El pasaje es claro: no podemos adorar ídolos. Debes saber que el espíritu de Jezabel nos presiona para que nos inclinemos a la inseguridad, la inferioridad, al temor al fracaso, egoísmo, y a otras mentiras o engaños, que son idolatría. 
En Levítico 26:3-4 leemos lo siguiente: "Si anduviereis en Mis decretos, y guardareis Mis mandamientos, y los pusiereis por obra, Yo os daré lluvia en su tiempo, y la tierra dará su producto, y el árbol del campo dará su fruto;
Nota que Dios nos da lluvia si caminamos en Sus estatutos y guardamos Sus mandamientos, en otras palabras, si nosotros los cumplimos. Querido lector, se trata de permanecer en obediencia, algo que Jezabel se desespera por impedir que consideremos. Si hacemos como Dios nos ordena, tendremos la victoria sobre las desolaciones de Jezabel. Al leer hasta el versículo 13, vemos que si caminamos en obediencia las consecuencias serán:

  • Tener paz en nuestra "tierra" (vida).
  • No temer nada (inseguridad financiera, social, inferioridad, hombres, etc.).
  • Estaremos “saciados” de cosas buenas y viviremos seguros en nuestra tierra.
  • Dios perseguirá a nuestros enemigos (eso implica a Jezabel, entre otros).
  • Dios nos mostrará Sus bendiciones y probaremos la felicidad celestial aquí en la Tierra.
  • Dios establecerá y ratificará Su pacto con nosotros (el Pacto Eterno, como vamos a ver más adelante, quiebra el yugo de Jezabel).
  • Dios habitará en nosotros y en medio de nosotros. Él caminará con nosotros y entre nosotros. Será nuestro Dios y nosotros seremos Su pueblo.
Amigos, sería una lastima no creer y aceptar las promesas de Dios. Él promete que si lo buscamos, se revelará a Sí Mismo.
Aunque el espíritu de Jezabel trata de destruir nuestro caminar con Dios una y otra vez, nosotros debemos elegir la senda de la obediencia sin importar dónde esta nos conduzca. Obedecer no solo con los oídos sino con los hechos, mostrar en nuestra vida, en nuestras acciones, la obediencia a los Mandamientos de Jehová. Porque oír y hablar es fácil pero a la hora de hacer, la mayoría fracasa y defrauda al Señor, se juntan con Jezabel y reciben su espíritu y lo demuestran en sus vidas sin siquiera darse cuenta.

Si nos analizamos bien a nosotros mismos, y aún nos queda algo de dignidad y poder de aceptar nuestras faltas (conciencia no cauterizada), posiblemente nos vamos a sorprender cuan profundas son las raíces de ese espíritu infernal en nuestra vida. Y posiblemente alguno (este es el principal propósito de este estudio) podrá abrir los ojos y volver del camino de perdición.

"Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". (1ª Juan 1:9)


Amigos, el confesar, siempre debe ser acompañado por el, dejar de pecar, dejar de cometer lo que sabemos que va en contra de los principios divinos. Porque, aunque el espíritu de Jezabel nos dice que Dios nos ama aunque somos pecadores, insinuando que Dios nos ama si seguimos pecando, eso no es así. Dios nos perdona solo si dejamos de pecar, amigos. Nadie recibe el perdón de Dios si sigue pecando.

"Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos; y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro alto." Levítico 26:13

El Señor afirma que Él sacó a Su pueblo de la esclavitud de Egipto, lo libró del pesado yugo. También liberó a las generaciones que siguieron de los yugos de esclavitud. Él quebró los yugos y los liberó. Dios promete hacer lo mismo por nosotros en la actualidad. Él puede quebrar el yugo del espíritu de Jezabel que te tiene cautivo, el pesado yugo de la incredulidad, desesperación y ruina completa, la desolación que provoca Jezabel. También quebrará los yugos de engaño y toda forma de esclavitud que Satanás puede usar contra ti. Sí, Dios te promete esto hoy. ¿Por qué no creerlo, querido amigo? ¿Por qué no creerlo, querida amiga?
Mira, cuan hermosa y maravillosamente promete Dios obrar contigo si decidirás hoy obedecerlo y seguirlo:
“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme; y sobre tus caminos resplandecerá la luz." Job 22:28)

Así que tendrás éxito en todo lo que emprendas, y encontrarás solución a todos tus problemas. Por lo tanto, debes saber que serás guiado por el Espíritu Santo para tomar decisiones que se cumplirán sin falta, porque serán decisiones que tomarás guiado por el maravilloso Consejero, el Cielo estará de tu parte. 
La obediencia a los Mandamientos de Dios, amados, al contrario de ser algo "restrictivo" y prohibitorio", como nos quiere hacer creer Satanás personificado por el espíritu de Jezabel, solo trae lluvia de bendición y felicidad al alma cansado de este mundo de pecado y rodeado de inseguridad, incertidumbre, sufrimiento y muerte.

Un tiempo para la autorreflexión

No siempre los israelitas se alineaban detrás de Moisés, y algunas veces el mismo Moisés pareció expresar algunos temores de ser incompetente. De todos modos, Dios le dio instrucciones para que les dijera que el “Yo soy” lo había enviado. ¿Hemos perdido de manera similar las directivas proféticas de Dios porque hemos sido engañados por alguna predisposición mental? ¿Hemos sido estrictos o críticos con otros pero superficiales y permisivos con nosotros mismos?
Queremos recibir una palabra del “profeta”, queremos saber qué hacer y como ser felices en este mundo y en esta vida misera, pero nos negamos rotundamente a prestar atención a los Escritos Inspirados. Hoy muchos quieren ser salvos, pero al mismo tiempo consideran que todos los dirigentes y miembros de la Iglesia han caído en apostasía y creen cada vez más firmes que la Iglesia de Cristo ha dejado de existir, y que de repente Dios, en vez de actuar organizado, ha cambiado Su forma de obrar en este planeta a desorganización, desorden, y por consiguiente, a una forma de obrar en caos. Y, amigos, ¿quién provoca el caos? El espíritu de Jezabel es cada vez más atrevidamente manifestado en y por los Cristianos y parece que pocos han quedado capaces de ver la ruina decimando al pueblo de Dios.

Recuerda la historia de Elías y del rey Acab! Cuando no se le presta atención a la palabra profética (a lo que dice el profeta de Dios), Jezabel puede con más facilidad poner su yugo en individuos desprevenidos y, los resultados son catastróficos: desolación en cada área de la vida (aunque con astucia satanás te puede hacer creer que, "todo está bien, hijo mio").
Tómate unos momentos para pensar en si el espíritu de Jezabel está tomando control de tu vida y posiblemente hasta ahora no te has dado cuenta. Esto es muy serio, amigos. Generalmente, ponemos las opiniones de las personas o las nuestras por encima de lo que dice Dios. Muchos afirman ser Cristianos, sin embargo, actúan en la vida conforme a lo que a ellos les parece mejor diciendo que, "es la voluntad del Señor". Afirman ser pueblo de Dios pero permiten "a esa mujer, Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y seducir a Mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos." (Revelación 2:20)


Toma nota que se trata de una mujer "que se dice profetisa". Una mujer, sí. Porque a Satanás, amigos, le gusta falsificar la obra de Dios.
Amigos, hay otra mujer que no se dijo nunca ser profetisa pero, sin embargo, Dios uso para transmitir a Su pueblo y al mundo, el Ultimo Mensaje de Salvación. Esa mujer nunca se dijo a si misma profetisa pero su vida demostró que lo fue, y los que lo consideraron como tal encontraron el Camino a Cristo y la vida eterna. Esa mujer, llamada Ellen White, recibió de Dios y puso por escrito las indicaciones y la estrategia de lucha para la Guerra Espiritual, para el pueblo de Dios, y para que los demas habitanmtes de la Tierra conozcan y sepan como actuar y vencer en La Gran Controversia entre Cristo y Satanás, en que estamos todos involucrados.

Dos espíritus femeninos luchan, usando estrategias diferentes, para obtener control sobre tu mente. El espíritu de Jezabel y el Espíritu de Profecía quieren ganar tu confianza y poner su yugo sobre tu cuello. Uno parece ligero pero no lo es, el otro parece pesado pero no lo es (Mat 11:29-30).
¿Al cuál vas a elegir? ¿A quién vas a permitir controlar tu vida?

claudio popa,
burgos, españa,
30.11.2018




El espíritu de Jezabel (parte 1)


Si intentaría resumir en pocas palabras el espíritu de Jezabel diría, "Control a través de la Manipulación y Seducción"
Por cierto, para ser seductivo y poder llegar a manipular y controlar, alguien (o algo) debe ser muy atractivo, hermoso, tanto que pueda destruir en un instante las naturales barreras de autocontrol y despertar los más vivos y básicos deseos.
A lo largo del tiempo la humanidad ha conocido varias formas de control y manipulación, pero una fue, y ha quedado hasta hoy muy poderosa: la seducción femenina.
Dado el tema bíblico de este articulo, para expresar de forma más comprensiva el termino de "seducción femenina", voy a usar la expresión, "el espíritu de Jezabel", ya que son una y la misma cosa.



Es generalmente reconocido que si pediríamos a cualquier persona relacionar rápidamente la palabra "serpiente" lo que escucharíamos primero serian palabras como, "feo", "asqueroso", "miedo", "horrible" "escalofrió", etc.
Sin embargo, un estudio atento de ese reptil revelaría unas caractericticas espectaculares y una hermosura especial, que aun han quedado después de más de 6000 años de maldición divina sobre esa criatura.
Y la verdad es que hasta hoy la obra de engaño y seducción de la antigua serpiente (Revelación 12:9) sigue igual de vigente y activa como aquel fatídico día en el Edén y a través del mismo instrumento usado entonces por el enemigo de las almas: "el espíritu femenino de autosuficiencia y rebeldía contra el orden divino".
Y para que podamos relacionarnos de manera más intima y personal y comprendamos bien este peligro mortal, en Su Palabra, la Biblia, Dios nos dio a conocer a ese espíritu con el nombre de, "Jezabel".
E hecho de que el Señor uso el nombre de una mujer y no de un hombre para enseñar a la raza humana el peligro mortal al cual se enfrentan todos los habitantes de la Tierra es muy significativo (aunque a muchos le repugna esta verdad y lo rechazan), ya que actualmente, la serpiente, así como hemos intentado insinuar antes, utiliza la misma sutileza, manipulación y control a través de la mujer, como lo hizo en el Jardín de Edén.
Una mirada introspectiva, despierta y seria a nuestro entorno (familiar y social) nos hará, si fuéramos sinceros con nosotros mismos, reconocer esa realidad y ese peligro, muchas veces más cerca e intimo a nosotros de lo que pensábamos (y desearíamos).

Para los que no están familiarizados con el personaje bíblico, protagonista de nuestro estudio, en una breve explicación voy a describir a Jezabel histórica como siendo la esposa del rey Acab, la reina de Israel, una mujer mucho más que "controladora": Jezabel estaba inspirada por el engañador, el mismo Satanás, a fin de establecer la idolatría pagana a gran escala en la corte de su esposo, el rey de Israel. Para impulsar su causa ella hizo que los profetas de Jehová se desviaran, asesinó a cientos y luego amenazó la vida del profeta Elías, uno de los pocos que habían quedado fieles a Dios. El relato bíblico sobre Jezabel, como persona real que vivió en este planeta, lo encontramos en el Libro 1 de Reyes, capítulos 16-21 y 2 de Reyes, capitulo 9.
Y, queridos amigos, sería bueno para nuestra "salud" física y espiritual considerar con mucha reverencia y seriedad el hecho de que Dios, en Su infinito amor para la raza humana, nos hace llamar la atención otra vez sobre el peligro por parte de esa mujer y por lo que ella representa en el mayor Conflicto del Universo, La Gran Controversia entre Cristo y Satanás: el espíritu de seducción, manipulación y control. Por eso, en la Biblia, se nos presenta de nuevo a Jezabel, esta vez en el ultimo Libro de la Biblia, La Revelación.
Mi anterior declaración sobre el uso de la mujer por Satanás para conducir a los hijos de Dios a la rebeldía, al caos y la perdición, no se basa en el machismo ni en opiniones personales, sino en lo que está escrito claramente en la Palabra de Dios, y demostrado sobradamente en la vida real (tanto en el pasado como en la actualidad). Y es preciso aclarar que el espíritu de Jezabel puede encontrarse (y es demostrado) tanto en mujeres como en hombres, y eso demuestra que no se trata de machismo sino del antiguo engaño satánico, hoy bajo el nombre de "ideología de genero". El hecho de que muchos no quieren reconocer esta realidad, no impide y no cambia absolutamente nada en el curso de la historia y de los eventos proféticos descritos en la Biblia, especialmente en relación con nuestros días, los días finales de la historia del pecado, el tiempo del fin.

Llegados aquí, considero necesario aclarar también que en este estudio, al escribir sobre Jezabel, de ninguna manera afirmo que luchamos contra la misma mujer cuya historia encontramos en el Antiguo Testamento (1ª de Re 16-21; 2ª de Re 9), la reina pagana que dio muerte a los profetas de Dios e hizo que Elías huyera a una cueva. Tampoco sugiero que ella “persigue” la gente actualmente como si fuera un fantasma que busca vengarse de los Cristianos. Jezabel es en realidad, uno de los poderes malvados en la jerarquía mencionada por el Apóstol Pablo en su Carta hacia los Efesios, capitulo 6, y su meta es, destruir al Pueblo de Dios. Al avanzar en la lectura comprenderás mejor las formas en que este espíritu manipula hoy a los individuos a fin de ganar autoridad y mantener el control.

Cuando los israelitas entraron a la Tierra Prometida, se les dieron instrucciones de que no hicieran ningún pacto, ni llegaran a ningún acuerdo con sus enemigos. Se les ordenó a que “destruyeran todo sin tener misericordia de nadie y de nada”. Esa es la regla de comportamiento que nosotros también debemos seguir hoy. Debemos echar, eliminar por completo, la influencia malvada de Jezabel de nuestra "tierra". No debemos mostrar ninguna misericordia, ni tampoco tolerar de ninguna manera a este espíritu en nosotros o en nuestro entorno.
Si has sido atado con el espíritu de Jezabel, tendrás que sacarlo de tu vida por completo o de lo contrario, las raíces de este espíritu irán aun más profundo y te robarán tu futuro y tu salvación. No tengas misericordia de este espíritu. Permite que el Espíritu de Dios te alerte de cualquier área en la que necesitas arrepentirte y entrar en el Plan de Dios para tu vida, en el Pacto Eterno.
Si deseas cumplir con esta regla de comportamiento ahora mismo, le mostrarás al enemigo de las almas, al diablo, que ¡tú no le renuevas el contrato de arrendamiento a Jezabel en tu territorio, aunque te cueste la vida! Amigos queridos, tangáis bien claro lo siguiente: los demonios asociados a Jezabel tratarán de convenceros individual y personalmente de que los dejéis tranquilos y no los expulséis (Marcos 5:7).
A Jezabel le encantaría permanecer en tu vida y al mismo tiempo ganar más terreno. Después de todo, ella convenció a su esposo, el rey Acab, de construir lugares en Israel para sus ídolos, y de este modo llevar a toda la nación a la idolatría. Esto es algo serio y el diablo lo sabe y trabaja para esto. Cualquier cosa que hagas, permanece ante Dios con una determinación divina de que cumplirás tu destino. Tu enemigo te mentirá.
Amados, no podemos permitir que ningún espíritu de engaño, especialmente el de Jezabel, controle nuestras vidas. Muchos me habrán escuchado decir: “Si le invitas al diablo que venga a cenar, llegará con una maleta”.  ¡Te lo aseguro! ¡Es verdad! Conozco esto por experiencia personal. ¡Y le agradezco a Dios y doy gloria a Jehová por la sangre de Jesús que me lava, y por Su poder sobre cualquier influencia demoníaca que trata de controlar mi comportamiento!
Quieres saber si el espiritu de Jezabel controla y manipula tu vida. Haz lo siguiente:
Marca cada punto que se relacione contigo, tu pareja o cualquier familiar, amigo, etc.
  • Patrones de desolación, esterilidad espiritual, falta de realización o desesperanza.
  • Patrones de temor, terror o ataques de ansiedad.
  • Adicciones o desórdenes alimenticios.
  • Inseguridad e inferioridad.
  • Problemas para someterse a la autoridad (eclesiástica o social).
  • División en las relaciones y organizaciones.
  • Celos extremos. Envidias, egoísmo (vives para ti y amas lo tuyo sin compartir ni contribuir a la salvación de otros).
  • Ministerio profético que se utiliza para manipular a fin de obtener dinero o posición, o para llamar la atención sobre si mismo.
  • Murmuraciones y falsas acusaciones contra los demás pero nunca contra ti mismo.
  • Comportamiento codependiente (depender siempre de otros para saber qué hacer y cómo actuar en ciertas circunstancias) estar inclinado a controlar las relaciones de otros o tender a dejarse controlado por otros.
  • Usar la seducción sexual para obtener control.
  • Negativa a arrepentirse o a pedir perdón. También negarse a perdonar a otros a fin de permanecer en control.
  • Dificultad de orar o hacerlo automática y superficialmente.
  • Manipulación de las personas a fin de controlarlos.
  • Historial de insatisfacción crónica.
  • Interés en actividades que consumen el tiempo, (deportes, cine, musica, video-juegos, Internet en general - Facebook, YouTube, Instagram, etc.).
  • Lucha con la duda y la incredulidad respecto a la fidelidad de Dios y de Su Palabra.
  • Orientación al desempeño y el perfeccionismo (deseo de hacer "algo grande" sin conocer ni cumplir el "insignificante y pequeño" encargo personal recibido de Dios
  • Necesidad continua por “probar” la propia valía (mostrar a otros lo bueno y capaz que uno cree que es).
 Si respondiste "sí" a alguna de las preguntas anteriores es muy probable que hayas sido cautivado por el espíritu de Jezabel. Debido a que se trata de una atadura generacional, su aparición (existencia) en cualquier lugar en tu entorno indica la posibilidad de que también resultes atado. Estimado lector, el Redentor está presente para liberarte de todo yugo que te ata. ¡Decide hoy!

"Como vive Jehová Dios de Israel, delante del cual estoy, así no habrá lluvia ni rocío estos años, sino por mi palabra." 1ª Reyes 17:1

Desolación. Esto es lo que el profeta Elías predijo cuando pronunció estas palabras a Acab, el rey de Israel. ¿Ni rocío ni lluvia? Para el rey Acab, el mensaje y su significado eran claros: sufrimiento, pérdidas, aflicción, muerte… Y podemos imaginarnos que el rey creyó la predicción que se le dijo aquel día. Aunque ya hacía mucho que había abandonado al Dios de sus padres, Acab conocía la dolorosa historia de Israel que Dios comunicó a través de Sus profetas. No, no tenía ningún sentido discutir con Elías. La desolación vendría y con seguridad el rey podía imaginar en su mente los resultados catastróficos: pérdida del ganado debido a la sequía, pérdidas de las cosechas e incluso la posibilidad de que los ciudadanos se levantaran en protesta pidiendo comida y agua.
¡Espero que no vengan al palacio pidiendo que resuelva yo sus problemas! Acab sabía que sus guardias iban a defender los pozos del palacio y los jardines. Él y su esposa tendrían sustento, no habrá problemas. Al pensar en su esposa, el rey agudizo su pensamiento. ¿Cómo reaccionaría ella durante los tiempos difíciles? “Jezabel no reaccionará bien ante la pérdida”, concluyó. Pero meditando un poco más, el rey se sintió animado: “Algo se le va a ocurrir a ella para salvarnos. Siempre sabe cómo manejar las situaciones difíciles. Probablemente avisará a sus profetas para que hagan más sacrificios a Baal, su gran dios que controla la lluvia. Después de todo, ¿qué puedo yo hacer sobre este problema? ¿Puedo yo controlar la naturaleza? Lo dejaré en manos de ella. Como siempre en casos de crisis”.

Los que estudian la Biblia comprenden que lo anterior lo podemos deducir de las Escrituras y que Acab tenía más confianza en su esposa que en Jehová Dios. Las palabras del profeta Elías tenían el propósito de despertar su conciencia a fin de alertarlo del peligro de seguir a los falsos dioses de Jezabel. Se le había dado la oportunidad al rey de renunciar a la idolatría. Pero hacía mucho que Acab había abandonado la fe en Dios Todopoderoso: él tenía un pacto -estaba unido en yugo- con Jezabel. Y el resultado último de un yugo con Jezabel es la devastación. Era un día oscuro en Israel. Ya no se prestaba más atención a la voz del profeta de Jehová. Esto era lo que Jezabel deseaba, y su objetivo principal era acallar las bocas de los profetas legítimos y santos, a fin de llevar a las personas a un pacto con ella y la sumisión a sus enseñanzas.

Cuando ya no se escucha a un profeta y por consiguiente la Palabra de Dios es acallada, es más fácil para Jezabel deslizar su yugo alrededor de individuos confiados, y los resultados son catastróficos: desolación en todas las áreas de la vida.
Hoy día, la voz del mensajero de Dios, el Espíritu de Profecía, es reemplazado con sermones en YouTube, vanas palabrerías en Facebook, etc. y Jezabel manipula y controla a la mayoría confiada del pueblo de Dios.

La historia de Acab unido en yugo (casado) con la idolatra Jezabel nos ayuda a entender que nuestra propia asociación en alguna manera con ese espíritu malvado que la impulsaba -el espíritu de Jezabel- conduce finalmente a la ruina total.
Amigo amado, hombre o mujer, joven o viejo, grande o pequeño, rico o pobre, que estás buscando sinceramente la verdad y conocer a Dios, ¿le estás permitiendo al Espíritu Santo que te revele cómo este espíritu maligno de Jezabel puede poner yugo sobre cualquiera de nosotros? Piensa en esto. A veces, ¿te preocupas demasiado de cómo te ven los demás? Alguna vez, ¿criticas la forma en la que actúan los demás, y criticas lo malo que hacen algunos (muchos) de los miembros y dirigentes de la Iglesia?
Aquellos de nosotros que somos "Ministros de Dios", ¿sentimos algunas veces que tendremos mayor influencia si sacamos nuestra lista de, “quién es quién en el Ministerio” para probar nuestra credibilidad y demostrar y poner en un alto pedestal las grandes nuestras "obras de fe"?
E espíritu de Jezabel manipula y controla hoy a muchos presunta y atrevidamente llamados "Ministerios Misioneros". Pero a una mirada más atenta, veras que esos "Ministerios" (del diablo) no reconocen el orden de Dios sino que actuan caoticamente, cada uno por dónde y cómo le conviene mejor a sus intereses infernales. El espíritu de Jezabel conduce paulatinamente, sutil, desapercibido, a la división, abandono de Dios y Su pueblo, y finalmente, a la ruina eterna.
Caminar con Jezabel conduce a la desolación, en parte, porque conlleva una disminución de la capacidad de ver el yugo que nos pone en el cuello, la ceguera espiritual (Revelacion 3:17-18). Por favor, tómate un momento y piensa en esta confrontación inicial entre el profeta de Dios y el rey. Dios deseaba y esperaba de Acab, con amor infinito y listo para perdonarle, las siguientes palabras: “Señor, realmente lamento mi pecado de idolatría. Te pido perdón. Por favor, reconsidera esta maldición de destrucción y en Tu misericordia danos paz y seguridad”.

La lectura superficial es peligrosa y mortal! Debemos estudiar la Biblia con oración y reverencia para comprender lo que Jehová nos quiere decir, amigos. Las palabras de Elías demandaban arrepentimiento, pero el corazón de Acab rehusó recibir ese mensaje. Eso se debe a que el yugo de Jezabel siempre resiste el arrepentimiento.

“Le he dado tiempo para que se arrepienta de su fornicación; y ella no se ha arrepentido”. (Rev. 2:21)

Lo mismo puede ser cierto para ti y para mí. Cuando el espíritu de Jezabel está activo y nosotros le damos lugar en nuestras vidas, el orgullo personal siempre se levantará y cegará nuestros corazones a las advertencias del Espíritu Santo con respecto a nuestros pecados.
Cuando decidimos alinearnos de alguna manera con el enemigo, este bloquea nuestra habilidad para ver. Así es como comienza el engaño: nos sentimos solos, aislados, desanimados (todos son signos de desolación y del yugo de Jezabel) y en poco tiempo no podremos ver nuestro futuro. El espíritu de Jezabel y sus engaños nos ciegan a la verdad. Comenzamos a dudar de nuestro discernimiento para conocer y comprender los asuntos del Señor. La ceguera espiritual roba nuestra visión y nuestro destino eterno. La deseperación toma el lugar de la confianza en Dios y aruina la paz de Cristo en nuestras vidas.
Pero Dios promete que si lo buscamos, lo encontraremos. ¡No debemos perder la esperanza y dar lugar al espíritu de Jezabel! Dios está de nuestro lado si nosotros le permitimos y le obedecemos en Sus consejos para nosotros.
Si a medida que lees, el Espíritu Santo te muestra formas en las que estás en yugo con el espíritu de Jezabel, ten confianza de que podrás ser libre. Dios aun brinda la oportunidad para el arrepentimiento. Es verdad, que solo para un poco más de tiempo. Es verdad que hoy estamos en un apuro porque estamos al fin del tiempo ese de gracia. Pero mientras tenemos aun esta gracia divina, vamos a apoderarnos de ella amados! El engañador nos miente y nos dice que somos demasiado impuros y que por lo tanto somos poco dignos para pedir perdón y arrepentirnos. Sin embargo, Dios siempre nos alienta a que vayamos a Su presencia por cualquier razón. Cuando Dios habla y nuestros corazones sienten arrepentimiento a causa de Su verdad, tenemos una oportunidad de correr hacia Él. Cada segundo de cada día ofrece una oportunidad de golpear a las puertas del Cielo y hablar con el Padre nuestro que espera con amor eterno que volvamos a Él.

La segunda parte

 por claudio popa,
27.11. 2018
burgos, españa,



jueves, 27 de septiembre de 2018

¿Qué es la Justificación por Fe?





Este articulo no pretende explicar en las siguientes pocas lineas la amplitud y complejidad del tema tratado, ya que eso sería prácticamente imposible. Sin embargo, he intentado ofrecer una breve y comprensible respuesta para los que pueden estar interesados en aprender sobre, y comprender mejor, esta doctrina bíblica tan vital para nuestra Salvación.
Alonso T. Jones y Ellet J. Waggoner (en la foto) fueron los dos jóvenes pastores Adventistas del Séptimo Día que Dios había elegido como mensajeros Suyos para transmitir al mundo Su inminente regreso y la forma de preparación de los seres humanos para el fin de la historia del pecado, en el año 1888. Sin embargo, los encumbrados dirigentes de Su pueblo, consideraron que Dios no puede hablar a través de dos "jovencitos" pasando por alto los "grandes lideres y teólogos" con pelo blanco, y rechazaron el mensaje de la Justificación por Fe, prolongando así (y aumentando) el sufrimiento de la raza humana por más de 150 años en adelante. Aquí estamos hoy amigos. La historia se repite, el Mensaje del Tercer Ángel da vuelta a la Tierra, Cristo va a regresar pronto, y desea que tu y yo estemos preparados para encontrarnos en paz con Jehová, nuestro Dios. Mi oración y suplica para Dios es darnos poder y voluntad para que no repitamos los errores de 1888, y unirnos firmemente con el Remanente de Su pueblo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Amén! 
 

JUSTIFICACIÓN POR FE
“…todo lo que no es por fe, es pecado” Romanos 14:23
La fe es de Dios y no de nosotros (Efesios 2:8); por lo tanto, lo que no es de Dios es pecado.
Todo lo que es de Dios es justicia: la fe es el don de Dios; y todo lo que es por fe, es por lo tanto justicia, tan cierto como que “todo lo que no es por fe, es pecado”.
Cristo Jesús es el Autor y Consumador de la fe (Hebreos 12:2), y la Palabra de Dios es el canal a través del cual viene y el medio por el cual opera. Porque "la fe es por el oír y el oír, por la Palabra de Dios" (Romanos 10:17). Donde no hay Palabra de Dios no puede haber fe.
La Palabra de Dios es la cosa más sustancial y poderosa del universo. Es el medio por el cual todas las cosas fueron producidas; Lleva en sí mismo el poder creativo; leemos que, “Por la Palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de Su boca. … Él habló y fue hecho; Él ordenó y fue establecido” (Sal 33:6,9). Y cuando este mundo fue hecho de esta manera, y las tinieblas cubrían todo, “dijo Dios: ¡Sea la luz!; y fue la luz” (Génesis 1:2-3).
De este modo, la Palabra de Dios se cumple a Sí Misma y, por Sí Misma, cumple la voluntad de Dios en cada uno que la recibe, así como es en verdad la Palabra de Dios. “…cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de nosotros, no la recibisteis como palabra de hombres, sino como es en verdad, la Palabra de Dios, la cual obra eficazmente también en vosotros, los que creéis" (1ª Tesalonicenses 2:13). Por lo tanto, recibid la Palabra de Dios, entregadle el corazón para que así pueda obrar en vuestras vidas; esto es fe genuina, esta es la única verdadera fe; esta es la única fe por la cual los hombres pueden ser justificados, hechos justos en verdad. Porque mediante esta fe, la misma voluntad de Dios, como es expresado en Su propia Palabra, se logra en la vida por la Palabra creadora de Aquel que ha hablado. Esta es la obra de la fe. Esta es la Justicia -el hacer lo correcto, lo que es justo-, la Justicia de Dios que es por fe. Por lo tanto, "Dios es el que en obra en vosotros tanto el querer como el hacer, por Su buena voluntad" (Filipenses 2:13). Así, el Carácter -la Justicia de Dios- se manifiesta en la vida humana liberando del poder del pecado para la Salvación del alma en Justicia.
Esto es justificación solo por fe. Esto es, justificación por fe, sin obras. Puesto que la fe es el don de Dios viniendo por la Palabra de Dios y obrando en el hombre las obras de Dios, no necesita las obras del hombre pecador para hacerla buena y aceptable para Dios. La fe misma obra en el hombre lo que es bueno, y es suficiente por sí misma para llenar toda la vida con las cosas buenas de Dios y no necesita el esfuerzo imperfecto del hombre pecador para hacerla meritoria. Esta fe le da al hombre buenas obras, en lugar de depender del hombre para buenas obras. No es expresada por “fe y obras”, sino por “fe que obra”, “…porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión; sino la fe que obra por amor” (Gálatas 5:6). “¿Ves cómo obra (como actúa) la fe?” (Santiago 2:22). La fe actúa con sus obras no con las obras del hombre. “Recordando sin cesar, vuestra obra de fe…”, “…y la obra de fe con poder…” (1ª Tesalonicenses 1:3; 2ª Tesalonicenses 1:11). Y, “Esta es la obra de Dios, que creáis en Aquel a quien Él ha enviado” (Juan 6:29). Esta es “la fe de Dios” que Jesús nos exhorta a tener (en Marcos 11:22 la traducción griega es “la fe de Dios” no “en Dios”); la fe de Dios que se manifestó en Su Hijo; y que, por Su gracia, es un regalo gratuito para cada alma en la Tierra (que lo quiere recibir).

domingo, 23 de septiembre de 2018

Indiferencia y Neutralidad






               Hay buenas razones por las que nosotros, como Iglesia, debemos comenzar una reforma sin demora. La reforma del arrepentimiento. La Biblia contiene numerosos ejemplos de rebelión y sus consecuencias predecibles. Veamos algunos:
Cuando Josué tomó a Jericó, un hombre, Acán hizo caer la maldición de Dios sobre toda la nación y muchas vidas del pueblo se perdieron en batallas que deberían haber sido arrolladoras victorias. Muchas familias perdieron a sus seres queridos, debido al pecado oculto de un solo hombre.
En los años oscuros de apostasía de Israel, cuando el rey Acab gobernaba Israel, alrededor de 860 a.C., tres años de sequía destruyeron la tierra. El sustento de cientos de miles, sino millones, se arruinó. Hubo una gran hambruna, porque la nación dirigida por sus líderes, le había dado la espalda a Dios y adoraba a los dioses paganos (mundanos) con sus prácticas corruptas y ritos inmorales. Cuando Elías lloró ante Dios diciéndole que él era el único que quedaba fiel en Israel, Dios le dijo que había 7000 que no le habían doblado la rodilla a Baal. Y esos 7000 inocentes también sufrieron a causa de los pecados de sus hermanos.
Cuando la reforma (bajo el rey Josías) se encontró con la oposición en Judá y eventualmente desapareció, y el reino del sur cayó nuevamente en apostasía total, los babilonios tomaron en cautividad miles de prisioneros judíos; decenas de miles fueron masacrados durante el período 605 - 586 B.C. La ciudad de Jerusalén fue destruida, el templo reducido a escombros, el país devastado, las ciudades y los pueblos saqueados, pero en la conflagración, en la matanza había personas inocentes que honraban a Dios que murieron o perdieron a sus seres queridos y fueron llevados al exilio. Esas personas fieles a Jehová sufrieron el castigo por los pecados de sus hermanos.
Cuando Jesús cargaba Su cruz por las calles de Jerusalén hacia Gólgota, Su atención fue atraída por llantos y lamentos. Leamos la historia en Lucas 23:27-28,
"Y le seguía una gran multitud del pueblo, y de mujeres, que también lloraban y lamentaban por Él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: ‘Hijas de Jerusalén, no lloréis por Mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos’.”
¿Por qué dijo eso el Señor Jesús? Porque, aunque esas mujeres eran inocentes de Su muerte, y aunque no habían tomado parte en la conspiración para asesinarlo, ellas y sus hijos quedarían atrapados en el caos que iba a caer sobre la nación debido al rechazo corporativo del Hijo ungido de Dios (Mateo 23-24:1).
Aquí es donde nos encontramos nosotros hoy. Y uno de los asuntos más destructivos en la Iglesia Adventista y la declaración de rebelión más abominable para el Cielo, es el asunto sobre la autoridad bíblica en el oficio de Anciano/Obispo/Supervisor (el oficio de pastor así como se practica actualmente es simplemente un invento “comercial” humano – un “negocio” religioso falto de base bíblica). Este asunto es más conocido entre los Adventistas como, “La Ordenación de Mujeres”. Aunque, tristemente, ni uno de 10 mil Adventistas es capaz de decir de qué trata y qué dice la Biblia con respecto a este asunto.
Como Iglesia de Dios, a nivel corporativo, casi completo y unánime (con muy pocas excepciones), estamos en violación clara y directa de la voluntad de Dios. Hay una rebelión colectiva en el campamento y todos los de fuera la pueden ver. Sin embargo, los de dentro parecen completamente ciegos y despreocupados. Y creedme, no sirve de nada que alguien diga: "Yo no soy parte de esto" o "¡Yo no tengo nada que decir al respecto!". Según la Biblia, la Palabra de Dios, eres parte de eso y serás condenado; si hasta ahora has guardado silencio espero que los ejemplos antes descritos puedan despertarte y convencerte de que debes levantarte y hablar. Tienes que mostrar tu desaprobación, o, nuestro fracaso predecible será una reminiscencia del fracaso de Israel, será una repetición de la corrupción que entró en la Iglesia después del primer siglo, y, abandonados por Dios vamos a reflejar la misma sin vida y sin espíritu actividad que se contempla entre las denominaciones apostatas que nos rodean.
Ya existe una deplorable indiferencia hacia la devoción espiritual diaria, un malestar bíblico (desconocimiento), una letargia espiritual entre nosotros como pueblo. Los miembros en nuestras filas, en masa, han perdido o están perdiendo cada día más el don del discernimiento espiritual. Esta es precisamente la forma en que Satanás ha arruinado las denominaciones dominicales. Esos, inicialmente sinceros y devotos Cristianos, estuvieron primero dispuestos a pequeños compromisos, luego se comprometieron más y luego más y más, y finalmente hoy día esas denominaciones no sienten ninguna vergüenza o incomodidad al rechazar los claros Mandamientos de Dios. Y Satanás está haciendo exactamente lo mismo ante nuestros ojos hoy, dentro de nuestra amada Iglesia Adventista del Séptimo día.
Dice el Señor,
“Si nos rendimos a Dios, elegimos la luz y rechazamos la oscuridad. Pero si deseamos mantener la independencia del corazón natural y negar la corrección de Dios, nosotros, así como lo hicieron los judíos, cumpliremos obstinadamente nuestros propósitos y nuestras ideas aun ante las más claras evidencias, y estaremos en peligro de sufrir un engaño tan grande como el que sufrieron ellos; y en nuestra infatuación ciega, podemos llegar tan lejos como ellos y todavía halagarnos de que estamos haciendo la obra de Dios.” (4T, 231)
No tenemos que seguir ese camino, pero a menos que nosotros, como denominación, rescindamos la decisión del Concilio Anual de 1984 de ordenar mujeres como Ancianos, y luego arrepentirnos corporativamente y confesar nuestro gran pecado, lo haremos. Y ese camino nos lleva a la perdición sin rodeos, directamente. Dios no pasa por alto la rebelión de Su pueblo contra Sus Mandamientos; no lo hizo en el pasado y no lo hará en el futuro.
Al igual que los judíos, es difícil para nosotros imaginar que el castigo de Dios y la ruina caerá sobre Su pueblo elegido, o incluso de que podría haber la más remota posibilidad de tal cosa. Después de todo, el Barco está avanzando, lento, pero avanzando, la Iglesia nunca será aliada con Babilonia. Pero recuerda: todas las promesas de Dios están condicionadas a la obediencia (Juan 3:16, Romanos 6:23, Revelación 14:12).
Un estudio cuidadoso de la Biblia muestra que Dios hace maravillosas promesas de reavivamiento, restauración y establecimiento de la Jerusalén como centro del mundo a través de los profetas del Antiguo Testamento, pero esas promesas son condicionadas a la obediencia a la voluntad revelada de Dios. ¿Por qué pensamos que con nosotros sería diferente? Las promesas que nos ha dado Dios y que se encuentran en la Biblia y en los escritos de la Sra. White, son igualmente condicionales. No es garantizada del oficio la salvación de nadie, y ninguna denominación tiene destino establecido sin más. Dios no excusa la rebelión.
La Biblia nos dice que en los últimos días el pueblo de Dios lleva el Evangelio Eterno al mundo entero (Rev. 14). Este mensaje universal en propósito y llamamiento, identificado con los Mensajes de Los Tres Ángeles, unirá un pueblo para Dios de diferentes denominaciones, diferentes religiones y diferentes etnias, bajo la bandera ensangrentada de Cristo Jesús. No habrá compromiso con el mundo y su cultura, pase lo que pase. El pueblo de Dios (El Remanente) es firmemente fiel a la Biblia, aunque están dispersos por la Tierra, algunos en lugares remotos, y permanecerán inquebrantables en su devoción a Jehová, incluso con el riesgo de perder bienes, familias, integridad física y la vida. En el libro El Gran Conflicto, pág. 595 leemos esto,
“Pero Dios tendrá en la Tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y solo la Biblia, como la norma de todas las doctrinas y base de todas las reformas. Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni los credos o decisiones de concilios tan numerosos y discordantes como lo son las iglesias que representan, ni la voz de las mayorías, nada de esto, ni en conjunto ni en parte, debe ser considerado como evidencia en favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de aceptar cualquier doctrina o precepto, debemos cerciorarnos de si los autoriza un categórico “¡Así dice Jehová!”.

No culpemos a Dios por lo que sufrimos cada uno, y por lo que vamos a sufrir en la crisis que se acerca. Somos dueños de nuestro propio destino; hoy podemos elegir ser parte de ese grupo descrito en Revelación 14 y por la profeta del Señor en El Gran Conflicto, o podemos escabullirnos envalentonados por el error, engañados por Satanás, abandonados por Dios y reservados para la destrucción.
Depende de nosotros actuar, hablar. Las recomendaciones del Concilio del Campamento, en Mohaven, 1973, son una mancha vergonzosa en la historia de nuestra Iglesia y deberían ser una lección para cada uno de nosotros, de los resultados y nefastas consecuencias cuando se minimiza la autoridad bíblica y se eleva la cultura. Por lo tanto, debe anularse la decisión del Consejo Anual de 1984 de permitir la ordenación de mujeres como Ancianos. Nosotros como denominación debemos orar como Daniel oró. Hemos pecado corporativamente, corporativamente tenemos que arrepentirnos y corporativamente tenemos que confesar nuestro gran pecado y volvernos a Dios y Su Palabra, antes de que Dios se aparte de nosotros.
Sin embargo, cada uno responde individualmente por sus acciones delante de Jehová. Y recordemos la temible realidad de que “El Tribunal se sentó y fueron abiertos los libros” (Dan 7:9-10).
El Juicio ha empezado y la sentencia se empezará a ejecutar primero con la Casa de Dios (Ezequiel 9:6).
¿Y si te toca hoy a ti?

“Si Dios aborrece un pecado más que otro del cual Su pueblo es culpable, es el de no hacer nada en caso de una emergencia. La indiferencia y la neutralidad en una crisis religiosa son consideradas por Dios como un grave delito, igual al peor tipo de hostilidad contra Jehová.” (3T, 280)